“Un día nos vamos a morir, pero los otros días no”

¿Qué hacemos en este mundo?, ¿Qué es lo que buscamos?, ¿Qué nos hará sentir al llegar a viejos que no hemos malgastado nuestro tiempo aquí? Son cientos de preguntas las que resuenan en la cabeza de todos aquellos que somos conscientes de que nuestra vida es un milagro y pasa en un suspiro.

Si buscamos respuestas a estas preguntas habrá una palabra que resuene en la boca de todos: FELICIDAD.

Dedicamos nuestras vidas a perseguir un estado de ánimo, que como todos los demás, es intermitente.

Deambulamos por un mundo de rutinas establecidas, de parejas acomodadas a un modelo de relación implantada por nuestra sociedad, de trabajadores que ya no recuerdan que fue lo que les motivo a escoger esa profesión, de miradas que han perdido la esperanza, de vidas vacías…

Sin embargo, hemos construido un modelo de sociedad que nos mantiene ocupados en ese “algo” que nos va a acercar a ese sentimiento. Ese algo es el dinero (para entender verdaderamente lo que es el dinero, deberíais visualizar este vídeo: La Isla de las flores

Como bien explica el senador y ex-presidente de Uruguay José Mujica, a quien admiro con locura: “cuando compras algo, el instrumento es la plata con la que estás comprando; pero en realidad estás comprando con el tiempo de tu vida que tuviste que gastar para tener esa plata. Quiere decir que cuando gastas, en el fondo lo que estás gastando es tiempo de vida que se te fue”.

Si todos entendiéramos este concepto de lo que es el dinero en nuestra sociedad, podríamos comprender el valor que tiene nuestro tiempo de vida.

¿En qué invertimos ese dinero que hemos ganado con nuestro tiempo de vida? Por supuesto, en ese sentimiento que a todos nos vuelve locos: la felicidad.

Casas, coches, ordenadores, móviles y la nueva moda que entra con fuerza en el mundo del consumismo: viajar.

Viajar a lugares felices, bonitos, con personas felices y a poder ser bonitas también. Viajar como sea, donde sea y con quien sea, tocar chufa y regresar. Regresar porque ahora ya no nos vale con disfrutar en nuestros viajes. Hasta que no compartimos las fotos y vídeos en nuestras redes sociales (ese escaparate de nuestra “segunda vida” perfecta y llena de felicidad) es como si ese viaje no hubiera tenido lugar.

Y una vez que todo este proceso ha terminado, volvemos a nuestra vida real, la “no inventada”, la que puede verdaderamente darnos o quitarnos la felicidad de un plumazo. Y es que “Un día nos vamos a morir, pero los otros días no”.

Gales (5)

 

 


9 respuestas a ““Un día nos vamos a morir, pero los otros días no”

  1. El dinero no da la felicidad. Puede comprarla, pero no darla. La felicidad verdadera reside en las cosas que jamás se pueden comprar, de ahí que por norma general cuanto más dinero se tiene menos feliz se es. El secreto está en conformarse con poco, en valorar lo que tienes; sea exiguo o sea cuantioso. Por muy tópica que sea: la felicidad la encuentras en las pequeñas cosas.

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  2. Pensar, observar, analizar, relativizar, empatizar, entender, escuchar, cuestionar, reflexionar, soñar, disfrutar, reír, amar, sentir, ser consciente, ser autocrítico, ser inquisitivo, ser constructivo, ser generoso…todo ello nos hace humanos, y mezclado en las dosis justas puede provocar chispas de felicidad (¿te has fijado que nada de lo que he citado es material?).
    Pero eso NO es lo que quieren. El mundo lo rigen unos pocos, para nuestra desgracia. Los Mercados y la Globalización se han empeñado ferozmente en alienarnos, y lo están consiguiendo. No quieren seres pensantes, quieren entes consumistas. O produces y rindes para mantener girando la rueda o eres un estorbo.
    Y solo se benefician esos pocos, los dominadores del planeta, carentes de conciencia, egoístas, insaciables, amasadores de «riquezas» y con nula empatía. Son los nuevos reyes Midas, sentados en sus tronos de oro y manejando sus títeres, los políticos, sus fieles perros. La esclavitud es tan vieja como la Humanidad, solo cambian las cadenas, que hoy son virtuales. Nos enseñan una zanahoria jugosa llamada dinero y corremos como idiotas intentando alcanzarla.
    La felicidad no es TENER, la felicidad es SER ¿cambiamos el mundo?

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  3. A cambio de qué nos vendemos? De vivir una vida febril y enfermiza por encajar en la dinámica manipulada que algunos han creado? A cambio de sentirnos aceptacos en un lugar y tiempo deshumanizado por el poder económico? A cambio de dar nuestra vida a los intereses de las multinacionales…? Ai Clara… que mundo tan enfermo y que difícil intentar que nos influyan al mínimo, pero al leerte me entra esa sensación de comprender y ser comprendida y de golpe un poco de luz. Así que sigue con tus palabras dando opciones a la reflexión y poniendo nombre a lo que a much@s nos mueve. Gracias boniiita! 😘☺️

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    1. Es un autentico placer haberte encontrado eh Judith 🙂 Surge el efecto espejo en la mayor parte de nuestros textos 🙂 Espero que aunque seamos pocos y la mayor parte de veces un texto nuestro no cambie nada, al menos a nosotras nos sirva para ser conscientes de que no estamos solas, de que queda mucho que cambiar y que no me vale con eso de «que lo hagan los de arriba» o «es que lo que yo haga no va a cambiar nada». Cambia mucho, para empezar cambia nuestra vida, no es lo mismo vivir una vida vacía que involucrarte en algo. Siempre se ha dicho que cuando das, recibes el doble y es totalmente cierto.
      Vamos a girarlo Jud, al menos nuestro mundo 🙂

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  4. Ni había leído esta entrada…hija, tu manera de escribir me tiene enamorada. Y qué verdades tan grandes dices. A mi que me den ratitos con mi pareja, comiendo un trozuco de empanada dentro del coche porque hay un temporal de olas gordas y queremos verlas. Dame tardes soleadas oyendo el ronroneo de mi gato. Dame días de mirar a los ojos y sentir que hay cosas que te da la vida que no cambiarías por ninguna primitiva gorda. Qué acostumbrados estámos a querer más de todo y esclavizarnos con la posesión…con lo bonita que es la libertad de no necesitar.

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